47.ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires

Hasta el 15 de mayo

www.el-libro.org.ar

< Volver

Los caminos del libro

Mayo de 2015

Las librerías tradicionales son en la región el principal canal de comercialización del libro, según se desprende del último informe que el Centro regional para el fomento del libro para América Latina y el Caribe (CERLALC), bajo el auspicio de la UNESCO y dedicado al análisis de la situación actual de las librerías. El informe, publicado a finales del 2012, destacó que en América Latina el tejido de librerías independientes es escaso y se encuentra fragmentado y polarizado en las grandes ciudades. En Argentina, si bien hay muchas más que en otros países de la región, la escasa participación en el negocio es lo que determina su falta de peso en el mercado: una vez más se evidencia la megaconcentración: las dos principales cadenas se quedan con una porción altísima de la facturación total librera.

El informe del CERLALC destaca también que la mayor concentración demográfica de los lectores coincide con los centros de producción de los libros. La circulación de los mismos implica enfrentar elevados costos de transporte, así como “servicios de correo ineficientes, precaria infraestructura vial, portuaria y aeroportuaria, y altos fletes asociados al peso del papel”, por lo que se concluye que la circulación del libro en América Latina es muy baja tanto entre países vecinos como a las provincias alejadas del nudo productor de los propios países. La distribución del libro en América necesita, como sostuvo Ricardo Nudelman en la revista Trama y Texturas N° 23, “un esfuerzo combinado y sostenido tanto del sector público como del privado para incrementar y favorecer la exportación de libros”, para la integración del mercado latinoamericano. Se suma a esto la cuestión de las filiales de las grandes editoriales, que excepto en el caso de los autores más vendidos, no se ocupan de promover el resto del catálogo en la región.

El panorama de la intermediación del libro se complejizó aún más cuando la digitalización de la información permitió las circulación de los e-books e incluso? los sistemas de impresión por demanda. El mundo tradicional del libro, centrado en la impresión y traslado de grandes cantidades de libros, podría mutar en el futuro las prácticas comerciales libreras. Las ventajas de la impresión por demanda de títulos que pertenecen al long tail (un ejemplo clave son los libros académicos) devendría en la eliminación de los costos de almacenaje y transporte, las devoluciones y la utilización de los sótanos de las librerías como depósito de las editoriales. La Espresso Book Machine, según comenta Guillermo Schavelzon, se erige como el grado cero de la librería física; pero mientras tanto el códice, como formato eficaz para la comunicación impresa desde el siglo II d. C, tiene asegurado varios años más de predominio. Al menos así lo cree Markus Dohle, consejero delegado de Penguin Random House.

Mientras se dan infinidad de debates en torno al libro, la realidad se impone: las principales ventas en América Latina se realizan en libros en papel, lo que implica costos de transporte que suele asumir el librero. En Argentina la situación de las librerías se encuentra con una baja de rentabilidad, por un estancamiento de las ventas así como por los aumentos de los alquileres y la imposibilidad de desgravar el IVA del mismo, tal como afirmó Martín Gremmelspacher, presidente de la Fundación El Libro, en su discurso de inauguración el 23 de abril pasado.

El diagnóstico del CERLALC se aplica a la Argentina. Los libros suelen recorrer las mismas rutas. Del centro a la periferia. Tanto de España a América Latina como desde Buenos Aires, “la cabeza de Goliat”, al interior del país. Para atender a los lectores más allá de la Av. Gral. Paz los libreros asumen los costos de logística y el transporte de los libros.

Haciéndose eco de esta compleja situación, durante las Jornadas Profesionales en la 41a Feria Internacional del Libro de Buenos Aires se implementó un nuevo servicio de logística gratuito. Cada librería pudo comprar en firme y luego enviar gratuitamente a su destino hasta 150 kg de libros (superado este peso se les cobró un precio por kilogramo muy bajo); es decir, despachar la mercadería desde la Feria de Buenos Aires hasta los pueblos más alejados, donde la esperan lectores ansiosos. Esta experiencia –que sumó un total de 10.000 kilogramos– fue una acción concreta y mensurable liderada por la Fundación El Libro, que intentó brindar soluciones específicas al diagnóstico del CERLALC.

Por supuesto que esta acción no revierte la lógica del sistema, pero permite una nueva distribución de los recursos que resultó más que beneficiosa para toda la cadena de valor del libro participante: los libreros pudieron destinar el capital asignado al envío a la compra de más material, los editores recibieron más compras directas y la Fundación El Libro contribuyó activamente a la concreción de sus objetivos institucionales: promover la lectura y facilitar la circulación del libro.

Aclaración

La Fundación El Libro expresa que no concuerda necesariamente con todo lo expuesto en la sección "Noticias del Libro".